ENTRE LAS CUATRO CALLES Y LA CUESTA DE BELÉN. NÚMEROS 1 AL 19.
El edificio situado entre la Calle Ancha y la Calle Cordonerías, ha albergado muchos comercios en su planta baja que, a veces, tuvieron entrada por la plaza. Este edificio ha tenido negocios numerados desde el 1 al 5.
Allí, en 1900, se situaba la Perfumería de Jesús Aguilar Bermejo, que también se anuncia como una subdirección de seguros El Día y ocupaba los números 1 y 3. También con el número 1, en 1913, Mariano González tenía su establecimiento de Fotografía, del que existe alguna referencia por la colección de postales de Toledo suyas que se conservan en el Archivo Municipal de Toledo.
En 1912, se instaló la sastrería de Rufino Guerrero y Compañía, con entrada por el número 2 de Cordonerías. Era una ampliación del negocio que tenía en la propia calle de Cordonerías.
No he encontrado más referencias hasta 1942, que estuvo la Lechería y Repostería de Casimira Esteban Guardia, y en el año siguiente, 1943, la tienda de Calzados de Blas García Ruiz, que tuvo el nombre de Calzados Olimpiq y seguía activa en 1949.
Calzados Olimpiq en los años 40 o principios de los 50
A principios de la década de 1950, se instaló Electricidad Blanco, de Toribio Blanco Expósito, que inicialmente tenía el taller de reparaciones en la plaza de la Ropería (actual restaurante Txoko). Luego el taller de reparación de aparatos eléctricos tenía entrada por la calle Cordonerías, justo encima del local que da a la planta baja de la calle Comercio. En el último tercio del siglo XX, Blanco vendía también en su tienda discos en ese local y por ello es muy recordada todavía.
Anuncio del taller de reparación de Toribio Blanco en 1940. Toledo ante el Alzamiento. Archivo Municipal de Toledo
En el número 3, en parte de lo que fue la tienda de Hilario Guío, estuvo desde 1935 hasta 1987 el estanco de Alberta Martín Mateo, viuda de Martín de la Torre. Era la Expendeduría número 2. Desde 1940 a 1987, el encargado del estanco fue Teodoro Gómez de la Torre, sobrino de Martín y Alberta. El estanco era conocido como la caja de cerillas, por ser un local bastante estrecho. En 1987, con otros dueños, se trasladó a la Plaza de Solarejo.
Con el número 5, tenemos en el año 1953 Casa Guío, de Hilario Martín Guío, tienda de venta de Damasquinos y Regalos, que sigue allí su actividad como tienda de regalos después de ampliar el local con la parte del estanco de Teodoro. Hilario tuvo en los años 60 un negocio de venta de zapatos en la Plaza de Zocodover, 4.
- NÚMERO 7.
- NÚMERO 7.
En el espacio del siguiente edificio, en 1901, estuvo el taller de Damasquinos (Grabador) de Mariano Martín. Ocupando los números 7, 9 y 11, estaba en 1912 la sedería, perfumería y bisutería de Tomás Sierra. Tomás Sierra Madrigal fue dependiente de la Sedería de Benigno Aramendi y estaba casado con Dolores Benito Gálvez. En 1916 se anuncia como Tomás Sierra y Hermano. El negocio perduró bastantes años, pues en 1953 seguía activo. Muy posiblemente el local de Tomás Sierra estuviese en parte del local que ocupa ahora Punto Roma. Tomás Sierra tuvo también un bazar, en 1930, en el que anunciaba juguetes en el número 14 de la calle Comercio, para el periodo de las Navidades y Reyes.
Anuncio en Patria Chica. 1912. BVPH
El Día de Toledo. Enero de 1906. BVPH
En ese espacio también estaba abierta en 1882, la Droguería de Domingo García Frutos que, en 1886, se trasladó al número 32. En 1901, tenemos la Cristalería y Lampistería de Francisco García.
En enero de 1906, ocupando los números 13 y 15 y poco después, enfrente en el número 16, abre la Zapatería La Valenciana de Vicente Beviá Maciá, que en 1917 era de su hijo Pedro Beviá Hernández. Vicente Beviá, maestro zapatero, llegó de Elche (Valencia) con su esposa Josefa Hernández Segarra.
En la década de los 80 del siglo XIX. Su hijo Pedro Beviá, amplió el negocio de la zapatería, con la fabricación al por mayor. Luego, trasladaron a la Plaza de la Magdalena la Zapatería y el ramo de gomas a la calle de la Feria (Chapinería). También tenían desde principios de siglo un local en la Bajada del Corral de Don Diego que perduró hasta los años 80.
El Día de Toledo. 1897. BVPH
En 1917, ocupando los números 13 y 15, en el local de la zapatería de Vicente Beviá, se instala la Ferretería Sobrino de Díaz-Marta, de Jesús Díaz-Marta Villajos, que en 1922 era de Gregorio Díaz-Marta.
En 1937, estuvo el Bar Nuevo y ya no tengo constancia de ningún negocio allí hasta el año 1957, que aparece a nombre de Francisco José Navarro Esquivias con su primera tienda de ropa Navarro que era entonces el número 5. Francisco José, que trabajó primero en la tienda de su padre, Gregorio Navarro Huelves, se independizó montando su propia tienda, llegando a tener en los años 80, ocho tiendas de moda abiertas en Toledo.
Anuncio de la tienda de ropa Navarro en 1985. Folleto Feria y Fiestas de Toledo. AMT.
Anuncio de la tienda de ropa Navarro en 1985. Folleto Feria y Fiestas de Toledo. AMT.
- NÚMERO 9.
En el número 9 actual, el local de La Favorita, estuvo, al menos desde 1895, la Sombrerería de Prudencio Mora Rodríguez, natural de Toledo, sucediéndole en 1915, la Sombrerería de Mariano Mora Peña, hijo de Prudencio, llamándose Hijos de Prudencio Mora (Mariano y Manolita).
En 1933 aparece el comercio de tejidos La Tienda Nueva (publicitado como antiguo local de sombrerería de Mora), y en 1935, la Mercería Almacenes Covián, de Miguel Salas Arias.
Ya en 1939 abre la Mercería La Favorita, de Federico Alcalá Sancho, que más tarde, se reformó con la configuración típica de los comercios de los años 50, con el escaparate de cristales de forma redondeada. En 1969 estaba nombre de T. Martín Ruiz. Estuvo abierta hasta 2015.
En el número 9 actual, el local de La Favorita, estuvo, al menos desde 1895, la Sombrerería de Prudencio Mora Rodríguez, natural de Toledo, sucediéndole en 1915, la Sombrerería de Mariano Mora Peña, hijo de Prudencio, llamándose Hijos de Prudencio Mora (Mariano y Manolita).
En 1933 aparece el comercio de tejidos La Tienda Nueva (publicitado como antiguo local de sombrerería de Mora), y en 1935, la Mercería Almacenes Covián, de Miguel Salas Arias.
Anuncio de la Tienda Nueva. El Castellano, noviembre de 1933. AMT |
Ya en 1939 abre la Mercería La Favorita, de Federico Alcalá Sancho, que más tarde, se reformó con la configuración típica de los comercios de los años 50, con el escaparate de cristales de forma redondeada. En 1969 estaba nombre de T. Martín Ruiz. Estuvo abierta hasta 2015.
Anuncio de La Favorita de 1940. AMT |
En el siguiente número, actual 11, donde se ubica la Cafetería Zocodover, encontramos los siguientes comercios. En 1897, el establecimiento de Camisería, Tejidos, Paquetería y Novedades Martínez y Losada que, en 1900, se anuncia como Tejidos y Sastrería y ya solamente de Antonio Losada. En 1903 se llamaba Sastrería La Económica y era de Emilio Losada.
En 1904, ya funcionaba la tienda de Tejidos, Jabones, Camas y Muebles de Fidel Izquierdo Vélez, cuyo gerente, era Celedonio Cruz, y que tenía otra entrada por Cordonerías, 14. En 1912 aparece la Salchichería Extremeña de Eduardo Bayo cuyo negocio principal estaba en Zocodover (en el local del Bar Toledo) y entre julio de 1915 y febrero de 1916 estuvo la Floristería de Carmelo San Vicente.
En 1918, se instaló la llamada Gran Sastrería de Guillermo Quirós, trasladándose desde la calle Cordonerías, 2, y que en ese mismo año de 1918 llevó de nuevo al otro lado de la calle.
Casa de Quirós en Comercio, 1918. Colección particular. |
Entre 1920 y 1926, tuvieron el Almacén de hules, artículos de limpieza, loza y cristal los Hijos de Moro.
Anuncio de Hijos de Moro en El Castellano. 1925. AMT |
En 1939, ya está establecida la tienda de confecciones y Camisas a Medida de Antonio de la Puente Delgado, que fue empleado de la tienda de Tejidos de Francisco Talavera, en Zocodover, y tuvo antes de abrir la de la Calle Ancha, una tienda de intercambio de objetos en la calle del Locum. A Antonio de la Puente le sucedió su hijo Antonio de la Puente Hernández.
Escaparate de la tienda de Antonio de la Puente. Fondo Casa Rodriguez. AHPT |
En los años 80 se abrió la Cafetería Zocodover que sigue activa.
- NÚMERO 13.
En el siguiente local, tenemos, a principios de siglo, la Platería de Justo Martín-Gamero García-Donás. Justo era hijo de Mateo Martín-Gamero, también platero de profesión, y Luciana García-Donás. Le siguió, desde al menos 1930 la Joyería y Platería de Antonio Aranda y en 1937, la tienda de Tejidos y Géneros de Punto de Marino Domínguez.
En el año 1952, se trasladó allí, desde la esquina de Solarejo, la Platería de Luis Villarrubia Ruiz, que, en los años 60, se anunciaba como Joyería, Relojería y Platería París. En los años 30, el taller de Luis Villarrubia estuvo en la Plaza de la Ropería, 1. En 1969, la relojería estaba a nombre de Arévalo y Fresno S.R.C., y estuvo así al menos hasta 1975. En 1981, consta allí una de las tiendas de Confecciones Nodal, y más tarde, la Perfumería Morcillo, de Milagros Morcillo, hija de Jerónimo, dueño de la Droguería y Perfumería Morcillo de la Cuesta de Belén, esquina Plaza de la Ropería, que abrió en 1934. La Perfumería Morcillo de la Calle Comercio seguía activa en 2008.
Folleto Corpus Christi 1965. AMT |
Joyería París. Archivo Casa Rodríguez. AHPT |
- NÚMERO 15.
El número 15 actual, es el de la relojería de Álvarez, abierta en 1820, la empresa más antigua de Toledo, pues sigue activa con la actividad de instalaciones eléctricas en la Avenida de Carlos III. Muy posiblemente el fundador fuera el relojero Juan Álvarez, del que hay noticias de su presencia en Toledo en los años 40. En un BOP de 1838 aparece una relojería en el número 31 de la Calle Comercio y en el de 27 de abril de 1841 se anuncia en ese mismo número la relojería de Juan Álvarez. En aquellos años el número 31 estaba aproximadamente donde se ubica la papelería Ortega. Cinco años después, en abril de 1846, se anuncia la relojería de Álvarez, también en el BOP, en el número 66, que aproximadamente caería por donde estuvo la tienda de tejidos de Camarasa.
B.O.P. 1838. Relojería en Comercio, 31. Muy posiblemente de Juan Álvarez. |
A finales de los años 40 del siglo XIX aparece ya como relojero Timoteo Álvarez Sánchez, nacido a finales de los años 20, e hijo de Manuel Álvarez y Francisca Sánchez, los tres naturales de Madrid. Debió ser Timoteo el que inauguró la relojería en la ubicación en la que la hemos conocido y se anuncia como negocio de Relojería, Radiotelefonía y Electricidad. Más tarde también amplió el negocio a Óptica. Timoteo se casó con Carmen Lopez-Fando Acosta, hija del impresor Severiano Lopez-Fando, y falleció en mayo de 1896, heredando la relojería su hijo Eduardo Álvarez, casado con Carolina Álvarez Arroyo.
Este local estuvo dividido durante durante años en 2 números, el 23 y el 25. A finales del siglo XIX, en el 23, estaba la Droguería de Benito Rivas Bodas, que en 1900 la traslada a otro local de la misma acera. Poco más tarde, en 1905, la Academia de corte Parisien. Ya en enero de 1906, se anuncia la Relojería de Álvarez en los números 23 y 25.
En 1912 murió con 42 años Eduardo, pasando el negocio a denominarse como Viuda de Álvarez. La fotografía de Rodriguez posiblemente sea de esa época y veamos en la puerta a Carolina Álvarez Arroyo.
Relojería Álvarez. Archivo Casa Rodríguez. AHPT |
Relojería Álvarez en los años 80. AHPT |
De 1926 a 1929 debió regentar el negocio o formar parte de él, Alfonso Martín Corral pues se anuncia en este local con una tienda de Material Eléctrico.
Anuncio en El Castellano. Noviembre de 1926. AMT. |
- NÚMERO 17.
Como curiosidad, el edificio, que actualmente alberga dos locales comerciales, está en el espacio de las llamadas Escalerillas del Alcaná, que comunicaban hasta 1788, la calle Ancha, a la altura de Solarejo, con la calle Cordonerías, a la altura de la Iglesia de las Santas Justa y Rufina. Esta calle puede verse en el plano de el Greco:
En el local donde se ubicaba hasta hace poco la Joyería Ludeña, estaba en 1897 la Sombrerería de Joaquín Marañes Franco, que pronto se trasladaría al número 66, para dar paso, en 1900, a la Zapatería Los Madrileños, de Clavo Hermanos, con matriz en Madrid, Calle del Príncipe, 22.
En 1907, ya estaba allí el Salón de Barberia de Florentino Ramírez, que trasladó el negocio desde la calle Venancio González, 1, activo ya en 1905. En 1929, seguía el negocio de barbería a nombre de Mariano Lorente.
No he encontrado referencia de más negocios allí hasta que en 1945 abre la Joyería de Juan Ludeña Miguel, que todavía sigue activa en el mismo lugar regentada por la familia de Juan, que abrió luego más tiendas fuera del centro histórico.
Anuncio Joyería Ludeña años 90. AMT. |
En el local contiguo, durante muchos años hubo una pescadería. En 1903 era de Marcela Alonso, en 1914 ya se llamaba Pescadería Madrileña, estando primero a nombre de Viuda de Clavo, posiblemente de nombre Elisa Rodriguez, y luego de Aurelio Alonso Prieto, que la tuvo al menos hasta 1937. En 1943 estaba a nombre de Esteban Martín.
Plaza de Solarejo y Calle Ancha en los años 20. Fondo Rodriguez. AHPT. |
Después, durante poco tiempo, estuvo la Zapatería de Román Barroso, y en 1949 se transformó en la Librería y Centro de Periódicos de Julián Pareja Hernández, que luego siguió su hijo, el editor Antonio Pareja. Como curiosidad, durante los años 80 el Centro de Periódicos fue regentado por el guía Rufino Miranda Calvo, y su mujer Esperanza Encinas.
En el siglo XXI ha habido tiendas como Lua o El Almendro.
- NÚMERO 19.
En ese local estuvo la librería de Severiano López-Fando desde 1860. Severiano estaba casado con Maria Felisa de Acosta y estableció en 1836, la primera imprenta de Talavera de la Reina. En 1848 compró la imprenta de Ortiz, y se estableció en Toledo en el espacio que actualmente ocupa el edificio de Filigrana y la Papelería Ortega, que entonces tenía el número 34. Allí imprimió, por ejemplo, la imprescindible obra de Sixto Ramón Parro, Toledo en la Mano, en 1857.
En 1859, traslada la parte de la imprenta a la Calle Nuncio Viejo, 11, y enseguida, en febrero de 1860, traslada la librería a la acera de enfrente, en el número 19 actual. Ya en 1866 se anuncia como Fando e hijo, con Julián López-Fando y Acosta al frente de la librería, que en 1878, ya tenía la imprenta en la Cuesta del Alcázar, 20.
Severiano murió en agosto de 1880 con 74 años, y en 1887, la librería era de Juan Peláez del Arco, que se casó con Gabriela López-Fando y Acosta, hija de Severiano y María Felisa. Juan Peláez falleció en 1894, por lo que pasó la librería a Gabriela y un hijo de ambos llamado Ramón Peláez López-Fando. Con el nombre de Viuda e Hijos de Juan Peláez, la imprenta se trasladó entonces al número 55 de la Calle Comercio (actual 37), justo al lado de la librería de los Hermanos Menor. La imprenta siguió un tiempo en la Cuesta del Alcázar y luego se trasladó al Callejón del Lucio.
El Ateneo 1888. BVPH |
Después de local de la imprenta de Fando, el primer negocio que he podido localizar es en 1910. Se trata de la Zapatería de Juan Arévalo Prada, que antes fue de Francisco Arévalo. En 1914 la regentaba el hijo de Juan, Juan Arévalo Roldan. Ya en 1924 seguía siendo Zapatería y era de Juan Pérez Ruiz, que se anunciaba como sucesor de Arévalo y en 1929, el negocio cambió a la Camisería Imperial, de Gregorio Navarro Huelves. Gregorio Navarro era natural de Illescas y estaba casado con María Esquivias Ugena, natural de Ugena. Gregorio abrió en 1926 la Camisería Imperial en el número 8 de la Plaza de Solarejo, y luego la trasladó a la calle Comercio.
Anuncio de Camisería Imperial en Solarejo, 8. El Castellano. 1927. AMT |
Calle Comercio en el año 1944. OttoWunderlich. IPCE.Ministerio de Cultura. |
Un hijo de Gregorio Navarro, José Navarro Esquivias, pasó de trabajar en la tienda de su padre a establecerse por su cuenta en el número 5, creando las tiendas de moda Navarro. Después de la Camisería Imperial, José Navarro abrió en el local se su padre a finales de los 90, una de las tiendas Navarro.
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