ULTRAMARINOS MARÍN
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Tienda de Marín en la cuesta de Belén esquina calle Cadenas. Fondo Casa Rodríguez. Archivo Histórico Provincial de Toledo. |
Las tiendas de ultramarinos conocidas como Casa Marín son todavía muy recordadas en Toledo, pues muchas familias hicieron sus compras allí durante varias décadas del siglo XX. Los ultramarinos con sus balanzas y sus pesadas máquinas registradoras, ofrecían el bacalao seco al corte, las legumbres colocadas en sacos, los boquerones salados y prensados colocados perfectamente en cajas redondas de madera, manteca, frutos secos, coloridas latas de todo tipo de conservas, aceite, licores, especias, chocolates,...
En la segunda mitad del siglo XIX, muchas personas procedentes de pueblos de Toledo y otras provincias, vinieron atraídos por las oportunidades de trabajo que ofrecía Toledo con la llegada del tren, la presencia de la Academia de Infantería y las mejoras en las instalaciones hoteleras de la ciudad. Sastrerías, peluquerías, camiserias, zapaterías, casas de comidas, etc. inundaban el centro de la ciudad.
La familia Marín debió llegar sobre los años 70 del siglo XIX. Ángela Marín Maínez, natural de El Collado (Soria) debió establecerse en Toledo con sus hijos Domingo, Gabina y Bruno Marín Marín. Gabina era natural de El Collado (Soria) y Bruno de Huérteles (Soria).
Domingo Marín Marín fue el que abrió la primera tienda de ultramarinos. Trabajó en la famosa confitería de Francisco Pérez y su hijo Eleuterio Pérez Ilocho, en las Tendillas y abrió su tienda en la década de los 80, en la Calle Hombre de Palo, 1 (actual Farmacia), donde permaneció hasta 1899, trasladándose en la misma calle, al número 7 antiguo, donde ahora está la tienda de regalos y artesanía Juvi.
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Tienda de regalos y artesanía Juvi. |
En la prensa podemos leer la noticia del traslado de la tienda:
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Anuncio en La Campana Gorda en agosto de 1899. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. Ministerio de Cultura. |
El hermano de Domingo, Bruno Marín Marín, abrió otra tienda de ultramarinos en la Plaza de la Ropería, 7, a finales del XIX (ya estaba activa en 1897). Bruno se casó con Ignacia Sánchez Jiménez y fue uno de los promotores de la Cámara de Comercio de Toledo presidiéndola desde 1919 hasta su fallecimiento en 1931.
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Bruno Marín Marín en El Financiero. 1926. Biblioteca Nacional de España. |
Vemos en esta relación de Ultramarinos de 1900, a los dos hermanos Marín.
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Ultramarinos en Anuario del Comercio de 1900. Hemeroteca digital de la BNE. |
En 1908 Domingo Marín se retiró de la actividad comercial y traspasó el negocio de Hombre de Palo a sus dos sobrinos Florentino y Justo García Marín, que provenían de El Collado.
Vemos en este anuncio la publicidad para las fiestas navideñas y su transcripción con lo productos que ofrecían en la tienda:
Vinos de Jerez, Manzanilla, Sidra, Champagne, Burdeos, Rioja, Cariñena de Oporto y otros.
Licores finos del país y del extranjero de las mejores y acreditadas marcas. Mantequilla de Soria. Quesos de Puerto Principe, Bruños de Portugal.
Exquisitos y legítimos turrones de Jijona y Cádiz.
Peladillas y Piñones de Alcoy, Almendras de Alcalá, Guirlache de Zaragoza, Mantecadas de Astorga, Mantecados de Viena, Polvorones de Sevilla, Alfajores de Granada,
Yemas de San Leandro, Uvas y Quiridas al Coñac, Tocinos de cielo, Postre holandés, Huevos moles, Glorias de Portugal, Almíbares de Vitoria, Jaleas, Mermeladas, Piñas de la Habana, Bizcochos de Guadalajara.
Terrinas de Foies-gras, Lenguas a la escarlata, Jamones de Strasburgo, Galan-tinas de pollo, lomo y ternera. Salchichones de aves.
Aceitunas sevillanas.
Jerez de Viuda Sánchez Romate, una peseta botella.
Cariñena superior, 1,10 peseta botella. Infinidad de artículos propios de esta época. Especialidad en Cestas fantasia para regalos.
Florentino y Justo fueron los que construyeron en 1913, la fábrica de aceite de orujo y jabones que hubo en el barrio de Santa Bárbara (enfrente de donde está Muebles La Rosa) llamada La Carmencita.

Los jabones que se fabricaban allí eran de la marca Toledo.
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Anuncio del jabón Toledo en 1927. Archivo Municipal de Toledo. |
A la tienda de Bruno en la Plaza de la Ropería, llegó en 1914 a trabajar desde Villaseca Bajera en la provincia de Soria, actualmente despoblado, su sobrino Jesús Santolaya Marín.
Bruno amplió el negocio abriendo otra tienda en la cuesta de Belén esquina con la calle Cadenas en los años 20, que sobrevivió hasta los años 80.
Al fallecer Bruno Marin en 1931, Jesús Santolaya le sucedió en la tienda de la cuesta de Belén. Su tío dejó escrito que se quedase con ella si la compraba a un precio justo.
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Dibujo en expediente de solicitud de carteleria hecho por Jesús Santolaya Marín. Archivo Municipal de Toledo. |
Jesús Satolaya Marín fue el que abrió una nueva tienda en la Calle Sillería, manteniendo la marca Marín.
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Anuncio de las tiendas de Marín en 1953. Archivo Municipal de Toledo. |
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Anuncio en 1954. Archivo Municipal de Toledo |
La familia de Jesús Santolaya siguió haciendo funcionar las dos tiendas, en la cuesta de Belén y en la Silleria. Fueron referentes en su época y tienen un recuerdo imborrable para la ciudad de Toledo.
A partir de los 60 y 70, llegaron los años en los que el vecindario dejó de concentrarse mayoritariamente en el centro histórico con los nuevos bariios del polígono residencial, Palomarejos, Buenavista,...
Al fallecer Jesús Santolaya Marín en 1970, su esposa Laura Heredero Largo, natural de Noez, se hizo cargo de los negocios, además de los que tenía su familia. Creó con sus hijos la sociedad Aceites Marín (actualmente Aceites Argés). Desde 1957, Laura explotaba también la finca familiar agropecuaria Torre Cervatos.
Llegaron los tiempos en que las tiendas de ultramarinos fueron desapareciendo, dando fin a más 100 años de ultramarinos Marín en nuestra ciudad.
A finales de los 80, la tienda de la cuesta de Belén dio paso al bar La Cuesta, que sigue aún activo, y la tienda de la calle Sillería a la sede en Toledo de la Caja de Cuenca y Ciudad Real. Actualmente están las oficinas de Bankinter.


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Ultramarinos Marín en 1989, poco antes de cerrar sus puertas y la Caja de Ahorros de Cuenca y Ciudad Real en 1990. Revista Bisagra. Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. |
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La Mantequilería Marín en la cuesta de Belén. Fondo Rodriguez del Archivo Histórico Provincial de Toledo. |
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Bar La Cuesta en la calle Toledo Ohio (Cuesta de Belén) en 2023. |
Desde la provincia de Soria, no solamente llegaron a Toledo los Marín. Otros conocidos comerciantes vinieron de tierras Sorianas, como por ejemplo, Antonio Garijo Borque natural de Mazaterón.
Con motivo de una suscripción en 1925 para intervenir, en nombre de la provincia de Soría, en la causa que se instruía por la muerte del torero Juan Anlló y Orrio en Soria, apodado Nacional II, a causa de un botellazo en la cabeza mientras asistía como espectador a una corrida de toros, podemos conocer un grupo de suscriptores llamado Los sorianos de Toledo.
Aquí dejo el listado de aquel grupo de suscriptores:
- D. Gabina Marin y Marín, El Collado.
- Consuelo Santolaya Marin, Villaseca Bajeras.
- Concepción Manrique de Cruz, Soria.
- Torcuato Gómez Velasco, San Andrés de Soria.
- Bruno Marin y Marin, Huérteles.
- Justo García Marín, El Collado.
- Gregorio Medel, San Andrés de San Pedro.
- Francisco García, La Estepa de San Juan.
- Antonino Fernandez Ridruejo, Villaseca Somera.
- Jesús Santolaya Marín, Villaseca Bajera.
- Fulgencio Poyales, La Cuesta.
- Florentino García Marín, El Collado.
- Manolito Cruz Manrique, Soria.
- Saturnino Cruz Manrique, Soria.
Para otra ocasión dejamos otro interesante grupo de comerciantes que llegaron a Toledo desde el Valle de Mena (Burgos), como los López del Valle, los Azuela, los Presilla o los Porres. Aunque creo que los sorianos, por número, ganaron en número por goleada.
Fernando Riaño Sánchez de la Poza