TOLEDO Y SUS MIGAS NAVIDEÑAS
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| Migas navideñas en el barrio de Santa Teresa en 2006. Revista Ecos de Toledo. Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. |
En poco más de tres semanas, llegan las fiestas de Navidad y aquí en Toledo, el 24 y el 31 de diciembre, una de las tradiciones más participativas y genuinas de nuestra ciudad: las migas navideñas.
Las migas, desde su origen humilde, han acompañado desde mucho tiempo atrás a celebraciones y festejos muy diversos, sobre todo en las estaciones más frías del año. En las numerosas fiestas de los pueblos de nuestra provincia, no falta normalmente un buen plato de migas.
Nuestra provincia destaca también por estas celebraciones, como la del Concurso Nacional de Migas de Urda, que se celebra desde 1980 en el puente de diciembre. Durante muchos años era obligada la asistencia a este evento para periodistas, políticos y famosos. A destacar también las migas monteñas en muchos de los actos que promueve la Asociación Cultural Montes de Toledo.
En Toledo capital, también hay muchas referencias de celebraciones con este plato tan típico, como por ejemplo la que se hacía en en el campamento Los Alijares que la Academia de Infantería tenía cerca de Santa Bárbara en el primer tercio del siglo XX y que inmortalizó en el curso 1913/1914 su gabinete fotográfico.
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| Las Migas. Fotografía del Gabinete Fotográfico de la Academia de Infantería de Toledo. Curso 1913/14. Colección Luis Alba. Archivo Municipal de Toledo. |
También en Toledo, tuvimos otro concurrido concurso, el que desde 1985 se celebraba, al principio en la subida de la Granja y más tarde en el Paseo de Recaredo, a iniciativa de la Asociación de Vecinos Santa Leocadia.
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| Cartel anunciador del II Concurso de migas de la Asociación de vecinos de Santa Leocadia de 1986. Patrimonio Digital de Castilla-La Mancha. |
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| Concurso de migas de Santa Leocadia en 1988. Paseo de Recaredo. Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. |
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| Migas en el Paseo de Recaredo a principios de los años 90. Cortesía de Eduardo Sánchez Butragueño. |
A finales de los 80 y 90, en las fiestas de fin de año, era habitual ofrecer chocolate con churros y migas, como en Aquarella o Misa de doce, en los bajos del Miradero, o migas con chocolate en Sithon’s.
Como vemos, las migas siempre estuvieron presentes con gran aceptación en nuestra ciudad, pero, ¿cómo surgió la tradición toledana de comer migas el 24 de diciembre?
Ese día, muchas empresas y también en la administración pública, daban permiso a la plantilla para salir antes del trabajo y poder celebrar la Navidad. También los más jóvenes aprovechaban para salir a mediodía a tomar una cerveza por los bares de Alfileritos y zonas cercanas que empezaron a abrir sus puertas a mediodía del 24.
En los primeros años 80, cuando todavía se concentraba en el centro histórico gran parte de la actividad vecinal, no había mucha costumbre de poner tapas con las consumiciones, y fue uno de aquellos bares de la movida toledana, el que tuvo la feliz idea de hacer migas el 24.
Ese bar fue La Viña, de Gabriel Plaza y María José Agustín, en la calle Chapinería, 5. La Viña abrió sus puertas el 17 de junio de 1981, día del Corpus, y desde sus inicios hizo migas el día de Navidad. María José, como buena extremeña, natural de Serrejón (Cáceres), conocía bien los secretos para hacer buenas migas, y con pan comprado en Malagón, hacía partícipe a su clientela en su elaboración. Eran los clientes habituales del bar los que hacían de pinches y degustaban aquellas primigenias migas navideñas.
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| La Viña en 1991. Revista La Guía de Toledo. |
La semilla ya estaba plantada y fue en 1985 cuando Buenaventura del Álamo, del café bar Trébol, abierto en 1982 en la calle Santa Fe, tuvo la iniciativa de sacar las barras a la calle para la celebración del evento navideño.
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| Anuncio del Bar Trébol en 1984. Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. |
La idea inicial de Ventura fue hacerlas con otros hosteleros en la Plaza de Zocodover, y se lo propuso a los hermanos Salamanca, que tenían entonces el Bar Toledo. Las dudas sobre la autorización del Ayuntamiento para hacer migas en Zoco en pleno 24 de diciembre, hizo que no cuajase la idea, y que Ventura hiciese la solicitud del permiso de manera individual para sacar la barra fuera del bar. El permiso le fue concedido, y aquel 1985 ya tenemos las migas en la calle con el visto bueno de la autoridad competente.
La convocatoria fue ganando adeptos y se fueron sumando a la iniciativa El Corralito de el Puli, en el Corral de Don Diego, el Enebro, de Javier Martín-Pintado, en la plaza de Santiago de los Caballeros, y otros como el Bar Centro, conocido como el Carpa, en la plaza de Montalbanes.
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| El Corralito en 1991. Archivo Municipal de Toledo. |
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Fue en 1988 cuando las migas llegaron al barrio de Santa Teresa de la mano de otro local emblemático de nuestra ciudad, el Otto Max, de Antonio de la Iglesia, que hizo aquellas primeras migas del 24 para las amistades en su año de apertura, y al año siguiente, ya para la clientela.
El padre de Antonio, Florencio de la Iglesia, tenía la costumbre de hacer este plato el día de Navidad para los empleados del almacén de bebidas que hubo en el local del actual Otto Max, y fue el que animó a su hijo a que hiciera lo mismo.
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| Logotipo de Otto Max. Extraído de su página de Facebook. |
La chispa ya se había encendido en Santa Teresa, y en 1990, también el año de su apertura, se sumó a la tradición el Katanga, de la familia Losada, dueños también de la pionera Sithon’s. Para promocionar el Katanga se hizo una invitación masiva a todos los clientes de Sithon’s para las migas del 24, lo que propició que el evento se hiciese rápidamente tan popular en el barrio de Santa Teresa.
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| Anuncio del Katanga, Sithon’s y la entonces cervecería Santa Bárbara, actual El Nuevo Almacén, en 1995. Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. |
En poco tiempo cundió el ejemplo en los bares del barrio, que fueron abriendo sus puertas durante los años 90, aumentando año a año la concentración de personas que se sumaban al evento, que se extendió también al día 31 de diciembre.
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| Migas en el barrio de Santa Teresa en 1995. Revista Aquí. Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. |
A finales del siglo XX y en los primeros años del siglo XXI, las migas eran tan multitudinarias que surgieron los lógicos conflictos con los vecinos del barrio. El Ayuntamiento tuvo que intervenir y regular la emisión de ruidos, los horarios, las barras en la calle, etc. aunque hay que decir que Toledo siempre ha demostrado con sus migas ser un ejemplo de comportamiento civilizado en un evento con tanta concentración de personas.
Hoy día, las migas navideñas de Toledo gozan de muy buena salud y se celebran en todos los barrios sin excepción. Las nuevas generaciones se van uniendo con gran aceptación año a año al evento, lo que asegura una larga vida a una de las tradiciones más bonitas de nuestra ciudad.
En este 2025 volveremos a llenar las calles en esos días. El 31, además, con el aliciente de la también multitudinaria San Silvestre, corriendo o de público, con el ya tradicional pasillo en el barrio de Santa Teresa, que anuncia sin remedio el inicio de la parte más dura de la carrera.
Cuando llegan estas fechas, es fácil trasladarse a aquellos años 80 con la canción Un año más, de Mecano, que nos grabó en la cabeza que al tomar las uvas en fin de año:
Entre gritos y pitos los españolitos
enormes, bajitos, hacemos por una vez
algo a la vez.
Pues en Toledo no hacemos solamente una cosa a la vez, pues en estos días, hacemos tres.
Felices fiestas y feliz 2026.
Entre gritos y pitos los españolitos
enormes, bajitos, hacemos por una vez
algo a la vez.
Pues en Toledo no hacemos solamente una cosa a la vez, pues en estos días, hacemos tres.
Felices fiestas y feliz 2026.
Fernando Riaño Sánchez de la Poza.
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